Arranca un nuevo ciclo escolar. Todos teníamos la esperanza de haber dejado la pandemia atrás y poder regresar a las clases presenciales para este tiempo. Sin embargo, no es así.
Las escuelas están haciendo su mejor esfuerzo para proporcionar el programa de estudio en línea, pero por supuesto no es fácil para nadie: los maestros, los niños y definitivamente los papás.
Respondiendo a los problemas más comunes que nos han expresado, hemos desarrollado algunos tips y sugerencias para hacer de esta situación algo más tolerable y permitir que el aprovechamiento académico sea el mejor.
Lo primero que debemos tener presente es que no será fácil. Todo esto es nuevo y extraño para todos. Vamos inventando a medida que avanzamos, aún no tenemos todas las respuestas. Para muchos niños estudiar en línea no es nada atractivo; no logran mantener su interés y atención enfocados. Es posible que surjan sentimientos de estrés, ansiedad, enojo y frustración (¡no solamente en los niños!). Tener esto presente y aceptarlo ayudará a encontrar formas para enfrentar y trabajar juntos.
Sé un facilitador en lugar de un arriero. Puedes suplicar, gritar, amenazar y sobornar a tus hijos, pero ninguna de estas conductas negativas y mutuamente agotadoras hará que QUIERAN cumplir con lo que se les está pidiendo.
A continuación enlistaremos algunas ideas de cómo convertirte en un facilitador del proceso. Es importante permitir que los niños tengan voz y voto en las decisiones que se tomen. Si sienten que sus opiniones han sido escuchadas y consideradas, es más probable que se apeguen al plan.
ORGANIZACIÓN DE TIEMPO Y ESPACIO.
Crear un espacio de trabajo.
Elegir un lugar tranquilo que se establezca como “el lugar de trabajo”. Es importante que tenga buena iluminación, esté bien ventilado, hayan pocos distractores y sea cómodo. Equiparlo con lo necesario para permitir que se lleven a cabo todas las actividades escolares sin necesidad de levantarse.
Trata de reducir la cantidad de personas que van y vienen en esta área. Mantén a los niños pequeños alejados de los mayores que están tratando de estudiar.
Si es posible, establece un lugar separado para cada niño, de esa forma se pueden mantener las disputas y distracciones al mínimo.
Asegúrate que todos los materiales necesarios estén disponibles y hayan recipientes en dónde guardarlos. Proporciona lápices, gomas, sacapuntas, colores, bolígrafos, reglas, calculadoras, diccionarios, enciclopedias, etc. Todo lo necesario debe estar en un lugar visible y accesible para el niño.
Es importante enseñarle a los niños que cada cosa tiene su lugar y debe regresar ahí una vez que se termina de usar. La organización, el orden y la limpieza son hábitos básicos que debemos adquirir desde la infancia. Es responsabilidad del niño cuidarlos y guardarlos al terminar de trabajar.
Si quieres obtener más ideas acerca de cómo organizar un espacio de trabajo, puedes consultarnos directamente o visitar nuestros tableros en Pinterest.
Establecer horarios y rutinas.
Tener los horarios de clases y de la familia en un lugar donde los niños puedan observarlos. Saber qué actividades deben realizar, cuánto tiempo duran y qué pueden esperar (lo que sigue), disminuye significativamente la ansiedad y el estrés.
Proporcionarles un reloj para que puedan medir sus tiempos y saber cuánto falta antes de cambiar de actividad. Reloj de manecillas para los más pequeños.
En los tiempos libres (recreo) planear con anticipación qué actividades realizarán para evitar que interrumpan el trabajo de los papás o de los hermanos. A qué jugarán, qué ejercicio harán, con quién platicarán… Esta es una decisión libre que puede hacer cada niño, pero debe tomar en consideración que el que él tenga tiempo libre NO significa que otros también lo tienen. Es su responsabilidad encontrar formas de entretenerse. Si los tiempos libres coinciden con los de los demás, pueden planear actividades para hacer juntos.
Dentro de lo posible, desaparecer distracciones y tentaciones.
Televisión, celulares, tablets, juguetes, mascotas, comida…
Hacer un plan de acción por anticipado.
Calendario de actividades. Clases, exámenes, entregas…
Agenda de tareas. Breakdown para evitar el desgaste.
Organizar materiales (asegurarse que los tienen ANTES de necesitarlos).
EXPECTATIVAS, RECOMPENSAS Y CONSECUENCIAS
Establecer expectativas claras.
Sus hijos necesitan saber cómo se llevarán a cabo las clases y qué se espera de ellos con respecto a su comportamiento. Tómense un momento para platicar acerca de cómo van a ser las clases, cómo estará trabajando su maestra, qué herramientas utilizará, cómo debe ser su participación, de qué forma debe comportarse, cuáles serán sus obligaciones, qué hacer cuando empiece a aburrirse. Debe ser respetuoso con su maestra y no interrumpir, no hacer ruido o distraer a los demás, etc.
Utilicen guías visuales a las que puedan recurrir sus hijos para saber cuáles son sus obligaciones, en qué momento deben hacerlas, cuál es la secuencia en la que se deben realizar y cuáles serán las consecuencias de no hacerlo.
Hablen acerca de lo que puede preocuparles a ELLOS: el no poder estar con sus amigos, lo desesperante que puede llegar a ser tener clases en línea, cómo les gustaría que fueran las cosas realmente, etc.
Utilizar elogios para lograr una motivación intrínseca.
Elogiar el trabajo bien hecho es una excelente manera de lograr que tus hijos estén intrínsecamente motivados. La motivación intrínseca consiste en hacer cosas porque te hacen sentir orgulloso, en lugar de hacerlo porque obtienes una recompensa externa.
Cuando tus hijos hagan su tarea, diles que estás realmente orgulloso de ellos por ser organizados, oportunos, proactivos, etc. Es importante definir la razón exacta por la que estás orgulloso para que conozcan las cosas positivas que han hecho y repitan la conducta.
Recompensas.
Las recompensas ocasionales por un proyecto especial hecho realmente bien pueden ser un gran impulso, pero es mejor evitar las recompensas materiales frecuentes. Es mejor recompensar a un niño con una experiencia: el fin de semana puedes elegir qué vamos a comer, puedes escoger la siguiente película que veamos en familia, vamos a jugar el juego de mesa que tú prefieras…
Evitar el uso de sobornos.
El soborno es la mejor estrategia desmotivadora porque cualquier niño que asocie la realización de la tarea con un aumento de mesada o un juguete nuevo aprende a realizar la actividad para obtener ganancias materiales en lugar de gratificación interna.
Ignorar el mal comportamiento en lugar de prestarle atención.
Darle a tus hijos atención adicional, incluso si es una atención negativa cuando no hacen algo que deberían (o cuando hacen algo que no deberían) en realidad refuerza ese comportamiento. Cuando tus hijos no hagan sus deberes, o si se enojan por hacerlo, mantén la calma. No participes en una pelea de gritos ni permitas que tus emociones se apoderen de ti. Mantén tu mensaje simple, recordándoles lo que acordaron juntos cuando discutieron cómo abordarían el tema de la escuela y expresando tanto tu decepción como la esperanza de que las cosas vuelvan a la normalidad al día siguiente.
Consecuencias en lugar de castigos.
Platiquen de ANTEMANO acerca de cuáles serán las consecuencias si no cumplen con lo que se espera de ellos. Las consecuencias siempre deben estar relacionadas a mala acción.
La Escuela es Responsabilidad de los Niños, No de los Adultos.
Esto puede parecer difícil, especialmente en un momento en el que la escuela debe llevarse a casa, pero es absolutamente vital que tus hijos aprendan lo antes posible que la escuela es su responsabilidad, no la tuya. Para lograr esto:
Dejar que los niños se enfrenten a las consecuencias de no hacer sus deberes.
Abstenerse de llamar o enviar un correo electrónico al maestro de tu hijo para poner excusas o solicitar tiempo adicional. Es mejor que un niño aprenda que es responsable de su propio trabajo y que tendrá que lidiar con las consecuencias de sus acciones.
Evitar estar demasiado involucrado en ayudar a tus hijos con la tarea.
Hacerlo puede provocar que tus hijos realmente no aprendan lo que están estudiando. Desarrollar independencia es una habilidad que valorarán a lo largo de sus vidas. Mantente disponible en caso de que necesiten tu ayuda, pero no te quedes sobre sus hombros mientras completan sus tareas.
Proporcionar las herramientas necesarias para que puedan organizarse y completar su trabajo.
Asegurarse que sus útiles estén completos, tener un calendario a la mano, enseñarles cómo usar una agenda o cuaderno de tareas, enseñarles a utilizar recursos informativos (diccionario, libros, buscadores en internet), etc.
Naturalmente, si tienes un hijo con discapacidades de aprendizaje u otras, es posible que tengas que ajustar este enfoque de no intervención. No temas buscar el apoyo de profesionales capacitados en la discapacidad particular de tu hijo; es posible que puedan proporcionarle estrategias adicionales.
Estamos para apoyarte si requieres ayuda adicional en estos temas. Con mucho gusto puedes tomar una asesoría personalizada con nosotros.
La Tarea Adicional
Convertir la tarea en un juego.
Muchos niños encuentran la tarea aburrida o difícil de relacionar con su vida (“¿es que esto de qué me va a servir?”). Intenta que sea divertida, como poner los problemas de matemáticas en términos de dulces o dinero. Crea elementos visuales para ayudarlos a aprender la tabla periódica o hagan tarjetas coleccionables (como tarjetas de béisbol) para las palabras del vocabulario. También podrían tener un concurso de ortografía en casa u organizar un torneo de matemáticas para practicar las tablas de multiplicar.
Para más ideas, checa nuestros tableros de Pinterest.
Haz tu propia "tarea" al mismo tiempo que tus hijos hacen la suya. Este es un buen truco para inspirarlos y demostrarles cómo lo que están aprendiendo servirá más adelante y que tú también cumples con tus responsabilidades. Aprovecha cada caso particular, por ejemplo: si tu hijo está realizando una tarea de matemáticas, tú puedes hacer las cuentas de la casa; si tu hijo está leyendo, toma un libro o el periódico y lee junto a él.
ALGUNAS OBSERVACIONES FINALES
Hay que saber escuchar la ansiedad de los niños. Esta es una situación aterradora y estresante para muchos. Es normal oscilar entre sentimientos. Escucha lo que dicen, pregunta si tienen alguna duda. Muéstrate interesado en sus sentimientos, anímalos a decir lo que está pasando en sus mentes y corazones. ¿Dónde sienten cosas en su cuerpo? ¿Qué piensan o se preguntan? El simple hecho de estar interesado y no intentar resolverlo ayudará a tu hijo a saber que no está solo. Tener a alguien que nos acepte y comprenda es muy buen antídoto contra la ansiedad. Los adultos también lo necesitamos.
Anticipa que posiblemente haya un comportamiento inquieto, ansioso, caótico, retraído. Esfuérzate por no perder la paciencia ni castigarlo. Si te muestra duro con el comportamiento, lo empeorará. Castigarlo es injusto. Los niños están haciendo lo mejor que pueden en las circunstancias en las que se encuentran. Por supuesto, también los adultos. La diferencia está en cuánto poder o capacidad tienen los adultos a diferencia de los niños. Se suave y tolerante con ellos y contigo mismo. Tenemos mucho que superar y todos necesitamos y merecemos amabilidad, paciencia y comprensión.
Estamos para apoyarte en lo que necesites. No dudes en ponerte en contacto con nosotros si sientes que la situación se está saliendo fuera de control.
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